Paula se fue sentando lentamente en el piso del apartamento vacío, aquel apartamento que había sido su compañía en los peores momentos y también en los mejores.
Pedro y Paula quedaron sentados contra la pared de lo que antes vendría a ser el comedor.
Luego de unos minutos Paula retoma la conversación, ya más calmada.
-Gordo, te acordás cuando vos me trajiste de ideas y yo tenía miedo de que haya alguien en el apartamento?
-Si, y también me acuerdo de que era todo una joda para que yo me quedara.
Paula se ríe.
-Y cuando baje como una loca en pijama porque no quería perderte, y salí corriendo en el medio de la lluvia?.-dice Paula recordando.
-Que suerte!.-dice Pedro.
-Suerte?.-dice Paula mirándolo.
-Que suerte que bajaste, digo, sino no estaríamos acá los dos juntos...-dice Pedro.
-Sabes que estábamos destinados a estar juntos, de cualquier manera, me alegra saber que te hubiera recuperado más tarde, no te iba a dejar irte así todo mojadito!.-dice Paula riéndose.
-Sabías que te amo más que nada en este mundo?
-Si ya sé, pero yo te amo muchísimo más, pero ni te lo imaginas...-dice Paula sentándose arriba de él y apoyando su cabeza en su hombro.
-Gorda, no querés ir yendo, está abajo Giuli con el portero...-dice Pedro dándole un beso en la mejilla.
-Bueno, gracias por venir.-dice Paula y lo besa.
-Te amo.-dice Pedro.
-Te amo más.-dice Paula
Paula cerró la puerta del apartamento dando un último vistazo, ambos bajaron, saludaron a el portero y se fueron con Giuli a comer al restaurante que estaba enfrente al edificio.
Ya eran las 15.45 de la tarde ya habían almorzado y querían hacer algún paseo.
Mientras recorrían algunos barrios de la zona...
-Ayy gordo cuando nos vas a llevar a Carlos Paz de nuevo? Giuli verdad que vos queres ir?-dice Paula
-Chi- dice Giuliana.
Ya había pasado bastante tiempo, Giuliana ya caminaba solita, con algúnas caídas pero no era para preocupaciones, ya manejaba algunas palabras como mamá, papá, si, no entre otras...
CONTINUARÁ...
