IMPORTANTE: Esto es una historia ficticia, cualquier relación o semejanza con la realidad de Pedro y Paula es pura coincidencia.
Aclaro esto por acontecimientos sucedidos anteriormente.
GRACIAS, silvina.

sábado, 22 de agosto de 2015

El poder del amor RENOVADA - Capítulo 10 - La misma dirección

Luego de un rato Pedro llamó a los chicos, estuvieron hablando un rato largo, los extrañaba, extrañaba sus locuras, sus peleas, sus llantos y gritos y eso que todavía no hacia ni un día que nos habíamos ido.
Se hicieron las 9 de la noche.
-Amor, ¿pedimos algo?-le dije.
-Si, ¿pido una pizza?-dice Pedro.
-Si dale.
Al rato llegó la pizza, comimos mirando una película en la tele y nos fuimos a acostar, ya en la cama:
-No tengo sueño...-le dije.
-¿Entonces para que te acostaste?-dice Pedro.
-Para quedarme contigo.
-¿Eso significa que no me puedo dormir?
-Algo así.
-Dale vamos a dormir así mañana nos levantamos temprano, te tengo una sorpresa.
-Ay Pedro, no me digas, porque ahora me dejas con la intriga.
-Dale dormí.
Me quedé dormida después de 10 minutos. Me desperté a las 3.45 de la mañana, tenía una sed impresionante, me levante despacio para no despertar a Pedro y me fui para la cocina, me serví un vaso con agua y mientras lo tomaba caminaba por la casa. La verdad que se me había ido el sueño, sin embargo los ronquidos de Pedro se sentían desde el living, seguramente ya me había acostumbrado a sus ruidos porque no lo escuchaba casi nunca. Prendí la televisión del comedor y me senté en el sillón, no duré mucho, no había ni una sola película, también  eran casi las 4 de la mañana. Me dirigí a la cocina nuevamente para servirme otro vaso de agua, y otra vez recorrí la casa.Me pare junto a la ventana, corrí la cortina con la esperanza de ver que había dejado de llover, otra vez, mi cuerpo quedó en shock, un escalofrío subió por todo mi cuerpo y deje el vaso caer. ¿Quién era? o más bien ¿qué quería? Me sentía insegura, sentía como si   esa persona conociera todos mis pasos, como si en la casa hubiera una cámara que analizaba nuestra vida. Sentí como me tocaban el hombro y enseguida reaccioné pegando un grito.
-¡Hey espera! ¿Qué pasó?-dice Pedro preocupado.
-¡Ay que susto me pegaste!
-Susto me pegaste vos Paula, ¿que se te cayó?
-El vaso
-Estas pálida amor, ¿pasó algo?
Miré hacia la ventana, no había nada, no había NADIE, suspiré, y traté de ocultar mis nervios. Ya era la segunda vez que me pasaba esto y sinceramente me preocupaba.
-Vení, vamos a acostarnos y mañana limpiamos.
No respondí, solamente caminé hacia el cuarto.
Odiaba esa rapidez que tenía Pedro para dormirse, era impresionante, apenas apoyaba la cabeza en la almohada y ya se dormía.
Al ratito me desperté de nuevo, no sé si era mi miedo, o qué, pero ya empezaba a escuchar ruidos extraños, me quedé quieta, tratando de escuchar... sentía una puerta que se abría... otra vez ese escalofrío me recorrió todo el cuerpo.
-¡Pedro!
-¿Que pasa?
-Escuche un ruido.
-Dormite Paula.
-Te estoy hablando en serio.
-Debe ser Moro...
-Pedro, no trajimos a Moro...
Ahí me di cuenta de lo dormido que estaba Pedro.
Otro ruido, esta vez más fuerte hizo que Pedro levantara la cabeza.
-Viste...-le dije enojada
-Bueno, espera...-me dijo levantándose.
Me quede sentada en la cama mientras Pedro se ponía una remera.
-Voy contigo-le dije
-No, quedate acá.
-No Pedro, no me voy a quedar acá sola, tengo miedo.
-Bueno, hace lo que quieras.
Me levanté y fui atrás de Pedro, la casa estaba oscura, Pedro prendió la luz y aparentemente todo estaba normal.
-¡Ves no hay nada!-me dice Pedro.
No sé si Pedro notó mi cara de preocupación o qué, pero miró hacia donde estaba mirando yo, la ventana.




Observé como Pedro se acercaba a la ventana.Otra vez, aquello que me causaba un miedo inexplicable estaba parado junto a un árbol observándonos como si fuéramos su película.
Al instante veo como Pedro camina furioso hacia la puerta de entrada, traté de detenerlo.
-¿Que haces Pedro?-le dije agarrándolo del brazo.
-Voy a ver quien ese tipo Paula... no puede ser que no podamos estar tranquilos.-me dijo enojadísimo.
-Bueno, pero tené cuidado.
Me quedé junto a la ventana mientras veía a Pedro cruzar el jardín, por suerte el hombre desconocido salió corriendo y no tuve que vivir una pelea en vivo y en directo. Pedro regresó preocupado y se sentó en el sillón.
-No es la primera vez que veo a ese tipo...-me dijo
-Yo tampoco.
-¿Cuando lo viste?
-Cuando me desperté de la siesta y cuando me levante de noche a buscar el vaso de agua.
-¿Y por qué no me dijiste Paula?.-me dijo enojado.
-No se Pedro, no tenía ganas de preocuparte, además pense que era un hombre cualquiera… yo que iba a saber.
Pedro no contestó.
-¿Y vos cuando lo viste?-le pregunté.
-Hace como 2 años ya… cuando habíamos venido a Carlos Paz
-Ves... vos tampoco me dijiste.
No dijo nada.

Al otro día nos despertamos como a las doce del mediodía, Pedro se levantó directo a hacer el almuerzo y yo me quedé mirando la televisión, al rato sonó el teléfono, eran los nenes, hablé con rato con ellos y luego habló Pedro.

domingo, 16 de agosto de 2015

El poder del amor RENOVADA - Capítulo 9 - En este mundo

-Yo se que  vos sentís muchas cosas, yo siento lo mismo amor, pero tenemos que ponernos de acuerdo.-le dije acariciándole el pelo.
-¿Paula vos te queres separar de mi?-me dijo.
No entendía, ¿me estaba preguntando si yo quería separarme o si yo lo dejaba separarse de mí? Tantas cosas en mi cabeza se sumaron a ese nudo en el pecho que ya no aguantó más y dejó caer unas lágrimas sobre mi rostro. Esas ganas de abrazarlo superaron mi control y enseguida lo abrace, llorando, tanto, lloraba con todas mis fuerzas, no quería separarme de él por nada del mundo, parecía una niña de 5 años llorando porque le sacaban su muñeca.
-No, amor, yo no me quiero separar de vos, sos lo más importante que tengo, no me hagas esto...-le dije.
-Paula, te hice una pregunta nada más...-me dijo tomando mi cara con sus manos y dejándola a unos centímetros de sus ojos.
-No me gustan esas preguntas Pedro, yo te amo, te sigo amando igual que antes, ¿no entendes eso? que yo me enoje con vos no significa que no te ame. Yo estoy segura de lo que siento, no sé lo que sentís vos...-le dije.
-Siento lo mismo, te amo más que a nada en este mundo.
Dejé salir una sonrisa entre tantas lágrimas, como me aliviaba escuchar eso de su boca, empecé a besarlo, como solíamos hacerlo antes. Él respondía a mis besos, sentía como nos conectábamos el uno con el otro.Hacía como 3 años que no sentía esa sensación, empezó a besar mi cuello, mi punto débil. La tormenta golpeaba con fuerza afuera, la lluvia era lo único que sentía además de nuestra respiración, un rayo cayó cerca provocando un apagón que causo que nos dejáramos de besar por 5 segundos. Ambos reímos y seguimos en lo nuestro, ahora lo único que veía era su cara, nada más. Se pasaban por mi cabeza todos aquellos momentos que habíamos vivido juntos, sentía como todos se conectaban en este momento, sus besos, sus caricias, todo era perfecto, en el momento perfecto. Empezó a sacarme la remera que llevaba puesta, eran las 8 de la mañana y nosotros ahí en el sillón besándonos.
Me preguntaba que estaba pasando por la cabeza de Pedro en ese mismo momento, seguramente lo mismo que pensaba yo. Sentía que cada momento lo amaba más, esto era lo que extrañaba, extrañaba estar conectada con él, extrañaba no sentir lo que él sentía, ahora estaba completa. La ropa ya formaba parte de la decoración de la casa, estaban solo nuestros cuerpos, nada más.
Luego de un rato me desperté, miré a mi alrededor, tenía miedo de que hubiese sido todo un sueño, pero ese miedo desapareció cuando vi que mi cabeza estaba apoyada en el pecho de Pedro. Me sentía plena, estaba contenta, una felicidad que me hacia sonreír cada vez que lo miraba. Vi como abrió los ojos, yo mirándolo le sonreí.
-A vos también te extrañaba.-le dije y lo bese con mucha ternura.
Eran las doce del mediodía cuando el teléfono sonó.
Me levanté me puse una remera de Pedro que estaba tirada en el piso y fui a atender.
-¿Hola?
-Hola Pau, ¿cómo están?-dice Alejandra.
-Ah, hola mamá, bien, ya hace un rato que llegamos...-le dije.
-¿Todo bien entonces?
-Si má…
-Bueno, me alegro... ¿queres hablar con los chicos? ya se van al colegio.
-Si pasame con ellos.
-Hola mami.-dice Malena.
-Hola mi vida, ¿como estas?
-Bien, ahora la abuela nos lleva al colegio
-Que bien, portense bien.
-Si, te extraño, ¿cuando volves?
-Dentro de unos días amor, pasame con Ian así hablo un ratito con él también.
-Bueno, chau.
-Chau mi vida, te amo.
-Hola ma.-dice Ian.
-Hola corazón, ¿en que andas vos?
-Nada, estaba mirando dibujitos
-Bueno, portate bien en el colegio, papi les manda muchos besos.
-Bueno, te quiero mucho.-dice Ian,
-Yo también amor
-Chau.
-Hola Pau, están divinos los nenes, se portan regio, a ver si me das un nietito más.
-¿Pero vos estás loca? dos y ya está.
-Bueno... eso se verá...
-Chau mamá.-le dije riéndome.
-Chau hija.
Fin de la llamada telefónica.

¿Un nieto más? mi madre está loca, no puedo con dos y quiere tres. De solo pensarlo me hacía reír sola.
-¿Que paso amor?-dice Pedro aún desde el sillón.
-Los chicos... y mi madre que quiere un nieto más.
-Y bueno...
-¿Y bueno que Pedro?-le dije riéndome.
Pedro se rió.
Mientras Pedro cocinaba aproveché y arreglé un poco la casa, la verdad que hacía como 2 años que no veníamos y la casa estaba bastante desarreglada.
Al rato tocan timbre. Salí y no había nadie, bajé la vista y había una carta en el suelo. La tomé y vi que decía "Para Paula".
Cuando leí la carta quedé sorprendida, primero porque vi de quien era la carta y segundo porque vi de donde venía. Pedro me miró sin entender mi cara y se acercó, otro más que quedo sorprendido.




La carta que estaba delante de mis ojos me causaba un gran alivio pero a la vez una gran preocupación.
¿Como sabía que estábamos en Carlos Paz? ¿Seguía con su estúpida idea de arruinarnos la vida?
Si, era una carta de Martín y provenía de la cárcel.
-No puedo creer...-dice Pedro.
-Pedro, ¿cómo sabe que estamos acá?-le dije.
-¿Queres que llame para ver si es verdad que está en la cárcel?-dice Pedro.
-Si, llamá.
Pedro tomó el teléfono mientras yo leía la carta por décima vez, hacía casi dos años que no teníamos noticias de él, y la verdad que tampoco la esperábamos.
Pedro cuelga el teléfono y me mira.
-Y…¿Que te dijeron?-dije ansiosa.
-Hace 1 año y medio que está preso... pero dice que lo largan en dos meses.-dice Pedro
-Veo que no le cayó la ficha todavía, no lo puedo creer, ¿dos meses nada más?
-Si amor, pero de seguro ya no nos va a molestar más...
-¿Que decís Pedro? si se hubiera olvidado de nosotros no nos hubiera mandado una carta, además¿como sabe que estamos acá? ¿Y si envió a alguien?-le dije.
-Pau, no te pongas paranoica, olvidate de la carta, ¿podemos pasar tranquilos? es lo único que te pido.-dice Pedro
Tenía razón, yo ya me estaba poniendo histérica, tenía que tranquilizarme.
-Si tenes razón, perdoname.-le dije y lo bese.
Pedro terminó de preparar el almuerzo, nos sentamos en la mesa y comimos.
-Hacía tiempo que no cocinabas así.-le dije riendo.
-Bueno... no hablemos de cocinar porque te gano.
Después de comer nos acostamos a dormir la siesta, afuera seguía lloviendo y no podíamos hacer nada. Ya acostados en la cama:
-¿Estás cansada?-me pregunta Pedro.
-Un poco, ¡vos me agotas!-le dije irónicamente.
-¿Ah sí? mirá vos...
-Estaría bueno que después llames a los chicos...
-Si Pau, los llamo, pero todavía no llegaron del colegio.
-Ya se amor, te digo después.
-Bueno, tranquila.
-Te aviso que estoy tomando en cuenta de nuevo lo de venir a vivir acá...-le dije.
-¿Y el trabajo?
-No importa...
-¿Como que no?-dice Pedro riéndose.
-No, te imaginas a los nenes acá jugando, en la pileta, moro tendría pila de espacio para correr y nosotros también tendríamos mucho espacio para estar solos.
-Tendría que analizarlo bien...
Después de conversar un rato nos quedamos dormidos los dos. Luego de tres horas me desperté, Pedro seguía durmiendo, pensé que lo mejor era venir a despertarlo con la merienda pronta. Fui hasta la cocina pero antes me acerqué a la ventana para ver cómo estaba la tarde. Quede paralizada al ver un hombre mirándome, a unos cinco o seis metros de la ventana, me quede observándolo por unos 5 segundos, quería ver si podía reconocer el rostro, pero no, era desconocido. Cerré la cortina con un poco de miedo y fui a la cocina a preparar la merienda. Hice cuatro tostadas, dos café con leche y llevé una mermelada de frutilla, todo lo puse en una bandeja y lo lleve al cuarto.
-Amor despertate, son las 6 de la tarde...
-Mm que tarde.-dice Pedro.
-Te traje la merienda...
-¡Que rico!
Comimos los dos entre mimos y besos. Esto también lo extrañaba. Estaba tan feliz, sentía un alivio en mi corazón, todavía tenía esa necesidad de gritarle "Te amo" porque era lo que sentía, pero lo sentía de una manera intensa, diferente, por un lado quería volver a ese kiosco de hacía 6 años atrás cuando lo conocí, pero por otro lado todos esos momentos formaban parte de mi presente, donde yo estaba, a su lado, lo miraba cada un minuto y él hacía lo mismo conmigo. Parecía ese previo histeriqueo de una pareja que se está conociendo  y si, nos estábamos conociendo, éramos los dos diferentes, habíamos cambiado, nuestro entorno había cambiado mucho, tal vez era eso lo que nos hacía parecer diferentes.
Lo miré mientras tomaba mi café con leche, me miró, nuestras miradas se conectaron estuvimos casi 10 segundos mirándonos, sin decir nada, sus ojos me transmitían paz.
-Te amo.-le dije.

miércoles, 12 de agosto de 2015

"El poder del amor" RENOVADA - Capítulo 8 - Somos padres

PAULA

Cuando noté que la discusión ya estaba sobrepasando los límites agarré la pizza y me encerré en la habitación. La verdad que ya era tarde y de lo que menos tenía ganas era de discutir. A los cinco minutos note como Pedro hablaba con alguien por teléfono.
-
Luego de que Paula se encerrara en el cuarto Pedro tomó el teléfono y llamó a la casa de Alejandra.
-¿Hola?-dice Alejandra
-Hola Ale, ¿cómo está?-dice Pedro.
-Ah Pedro, bien, ¿pasó algo?-dice Alejandra.
-Si, quería hablar con los chicos, porque no pude despedirme.
-Ah, bueno te paso con Malena que está al lado mio.
-¿Hola?-dice Malena.
-Hola hija, ¿cómo estás?-dice Pedro.
-Mal-dice responde..
-¿Por qué?
-Porque no viniste...
-Male estaba trabajando, no podía.
-No, ahora ya no te quiero más...-dice enojada.

-¿Que pasó Pedro?-dice Alejandra tomando el teléfono nuevamente.
-Ale, te molesta si paso un segundo por tu casa? porque me parece que va a estar complicado arreglar esto por teléfono.-dice Pedro
-Si, venite Pedro, no hay problema.
-Gracias, en un ratito estoy por ahí.
Pedro abre la puerta del cuarto y se sienta en la cama al lado de Paula.
-¿Que pasa?-dice Paula.
-Voy a ir... a ver a los chicos.-dice Pedro.
-¿Ahora?-dice Paula.
-Si, Male estaba triste, así que voy a ir...-dice Pedro triste.
Paula nota la cara de tristeza de Pedro.
-¿Amor que es lo que pasa? vos antes no eras así.-dice Paula acercándose a él.
-No se Pau, yo ya no puedo más... no me quiero pelear con vos, no quiero que los chicos estén así.-dice Pedro.
-Pedro yo tampoco quiero eso para nosotros... pero tenemos que aceptar que las cosas son diferentes... tenemos dos hijos hermosos, tenemos un trabajo, tenemos una familia hermosa...-dice Paula.
-Ya se amor, ya sé todo eso...
-¿Entonces? ¿Qué es lo que te preocupa? ¿Que yo ya no te quiera más?-dice Paula.
Pedro baja la cabeza.
-Amor, sos lo más importante que tengo en esta vida, yo sin vos no soy nada, ¿me entendes? que me enoje contigo no quiere decir que no te ame más... te amo igual que siempre.-dice Paula levantando la cara de Pedro.
-Perdoname.-dice Pedro.
-Te amo.-dice Paula abrazando a Pedro.
-Yo también.
-Vas a ir a ver a los nenes?.-dice Paula.
-Si, ¿vos venís?-dice Pedro.
-Si, voy contigo.

Al rato llegaron a la casa de Alejandra, Pedro entró a ver a los chicos y Paula se quedó con Delfina afuera.
-Delfi, ¿cómo andas?-dice Paula saludando a su hermana.
-Bien, tus hijos están fatales.-dice Delfina riéndose.
-Suerte-dice Paula riéndose.
Mientras tanto en el living.
-Pá... ¡viniste!-dice Malena abrazando a su padre.
-Si hija, vine a verlos a los dos.-dice Pedro- A ver, vamos a ver a tu hermano..-dice Pedro.


Luego de un rato, Pedro y Paula partieron para la casa nuevamente.
Cuando llegaron aprontaron las valijas y se fueron a dormir...




Al día siguiente nos despertamos a las sies de la mañana, el cielo  estaba repleto de nubes grises.
-Está horrible afuera-dice Paula mirando por la ventana.
-Si, la verdad que si-dice Pedro
-¿Agarraste todo?-dice Paula.
-Si, me falta la campera y estoy.-dice Pedro.
-Bueno, dale, andá a buscarla y vamos antes que se largue a llover.-dice Paula.
Pedro fue a buscar la campera, Paula cerró todo con llave y se fueron para el aeropuerto.
Cuando llegaron firmaron algunos autógrafos y se subieron al avión, ya había empezado a llover bastante fuerte, había una gran tormenta afuera.
-Que bajón...-dice Paula.
-¿Qué pasó?-dice Pedro.
-Está lloviendo...
-¿Tenes miedo?-dice Pedro.
-No.-dice Paula sonriendo.
-Si, tenes miedo...-dice Pedro riéndose.
-Nunca me subí a un avión mientras llovía... digamos que es la primera vez.-dice Paula.
-Estás conmigo, no te va a pasar nada...-dice Pedro.
-Gordo, el "estás conmigo" te lo acepto cuando tenemos los pies sobre la tierra, pero acá si le pasa algo al avión no vas a poder hacer nada...-dice Paula riéndose.
-Tenes razón.
-Me das la mano?.-dice Paula riéndose.
Pedro le da la mano a Paula, la mira y la besa.
-Te amo.-dice Paula.
-Yo mucho más amor.
Despegó el avión y en menos de 30 minutos ya habían llegado a Carlos Paz.
Fueron a buscar el auto y marcharon para la casa. La tormenta seguía siendo fuerte, tal vez un poca más que antes. Cuando llegaron a la casa, bajaron rápido para no mojarse entraron todas las valijas y cerraron la puerta.
-Uff, como llueve.-dice Pedro mientras Paula abría las cortinas.
-Como extrañaba esto...-dice Paula.

PAULA


Llegamos a Carlos Paz rapidísimo.Llovía mucho, la verdad que era un día horrible. Bajamos las valijas del auto y ya se podía sentir esa aroma a naturaleza, a las sierras, a diferencia de Buenos Aires que la única "aroma" era la nafta. La cabeza enseguida se me despejó, me sentía más libre.Ahora que estábamos solos, sabía que en estos días iba a ver mucha charla entre nosotros, era de esperarse. También sabía que iba a extrañar a los chicos, pero de todas formas necesitaba este descanso y la verdad que no me arrepentía de haber venido. Hacia tanto que no escuchaba ese "te amo" de Pedro, tan sentido y diferente, ya no era el mismo de hace 5 años. Ya no nos decíamos cosas lindas como antes y sinceramente lo extrañaba, a veces sentía vergüenza de decirle cuanto lo amaba o de cuanto lo extrañaba, si, también lo extrañaba, lo tenía a mi lado todos los días, en mi cama, estábamos juntos, pero lo extrañaba. No sé si lo extrañaba a él o extrañaba su forma de ser, o como éramos antes. Eran tantas cosas en mi cabeza, había sido mi decisión estar con él hasta que la muerte nos separe, ¿pero qué pasa si esto no funciona? Dicen que cuando la pareja se casa y tienen hijos, cambia todo, es verdad, cambia todo, completamente todo.
Pedro me comentaba lo feo que estaba afuera mientras yo abría las cortinas de la casa, en ese momento siento que me abraza por atrás.
-¿A mi no me extrañabas?-me dijo Pedro.
Tenía un nudo en el pecho que no me dejaba contestarle, ¿porque las cosas para nosotros se estaban volviendo tan complicadas? ¿O nosotros las estábamos haciendo complicadas?
Me di vuelta y me quedé mirándolo a los ojos, sentía su corazón en mi pecho, su respiración en mi boca, sentía su calor y me enloquecía su mirada. Esos ojos que con solo mirarlos sentía una sensación tan profunda  y difícil de explicar. Quería que fuera como antes, quería que nuestra relación fuera la de antes.
-¿Podemos hablar?-le dije.
Acabábamos de llegar, digamos que mi "podemos hablar" era un poco inadecuado en ese momento.Recién habíamos entrado a la casa y creo que lo que menos se esperaba Pedro eran esas dos palabras, en realidad si se lo esperaba, pero no en este momento. En cambio yo sabía que era preciso hacerlo ahora, si íbamos a arreglar las cosas lo hacíamos desde el principio, así podríamos vivir las cosas de otra manera.
Pedro asintió con la cabeza, nos sentamos en sillón y quedamos mudos los dos.
¿Quien hablaba primero? o mejor dicho, ¿de que hablábamos primero? Había tantas cosas para decirle, pero a la misma vez tan pocas.
-Creo que va a ser mejor aclarar y conversar ahora, desde un principio, así después estamos tranquilos, ¿no te parece?-le dije.
-Está bien-respondió Pedro.
-Estuve hablando con la maestra de Malena, me dijo que la está viendo muy, que está sufriendo horrores con todo esto, con nuestras discusiones y con nuestras idas y vueltas. Pedro yo sé que nuestra relación también importa, pero somos padres, tenemos que tratar de controlar esto que nos pasa-le dije.
"Somos padres" esas dos palabras que todavía me causaban un escalofrío en todo el cuerpo. No lo podía creer, el tiempo había pasado tan rápido al lado de Pedro, no podía creer que él fuera el padre de mis hijos, todo lo que habíamos vivido, y ellos eran el resultado de todo esto, de nuestra historia de amor.
-¿Por qué no me dijiste nada Paula?-me dice Pedro.
-No podíamos hablar de este tema adelante de los nenes, además entre nosotros estaba todo mal-le dije.
Pedro me quedó mirando, con la misma cara que tenía cuando lo conocí.
-¿Que nos pasa amor?-le dije confundida.
-No se, cambió todo, siento muchas cosas, pero nuestra relación cambió-me dijo.
Sentí como si me hubieran tirado un balde de agua fría encima, no entendía lo que me quería decir, ¿no me amaba más? ¿Que fue lo que quiso decir con “nuestra relación cambió”? si, yo también sabía que la relación había cambiado, pero él lo decía con una cara que daba miedo.
-¿Que queres decir con "siento muchas cosas"?-le dije.
-No se amor, estoy confundido...-me dice Pedro.
Listo, cuando alguien te dice que está confundido asustate. No sabía si abrazarlo, si gritar o si agarrar el auto  e irme, pero me di cuenta de que yo estaba igual que él. Sentía muchas cosas.

domingo, 2 de agosto de 2015

El poder del amor RENOVADA - Capítulo 7 - Hasta que grado le importo

Cuando llegaron a la casa enseguida Paula dijo:
-Chicos vayan a aprontarse que en un ratito los llevo a la casa de los abuelos.
-¿Ya?-dice Malena.
-Ya hablamos amor, son unos días nada más.
-¿No podemos ir nosotros con ustedes?-dice.
-Les prometo que muy pronto los vamos a llevar, la próxima van ustedes también-dice Paula.
-Bueno-dice Malena.
Paula recorrió la casa y vio que Pedro no había llegado todavía, le preocupó ya que Pedro siempre llegaba dos horas antes que ella, así que lo llamó al celular.
-Hola-dice Pedro.
-Hola Pedro, ¿por donde andás?-dice Paula.
-Estoy en la agencia, nos llamaron de una productora y necesitamos terminar unas cosas-dice Pedro.
-Ah bueno, voy a llevar a los nenes a la casa de mi madre, ¿te espero? digo… para que los saludes.
-Si, pero espera un ratito, porque tengo que terminar esto urgente sino Lucas me mata.-dice Pedro.
-Bueno, fijate si podes llegar antes de las nueve...-dice Paula.
-Si-dice Pedro
-Dale, bueno, te esperamos-dice Paula
-Beso

Fin de llamada telefónica.


PAULA

Cuando llegamos a casa le dije a los chicos que se aprontaran para ir a lo de mi mamá, teníamos que llevarlos hoy porque mañana nos teníamos que levantar con Pedro a las 7 para salir a Carlos Paz. Luego de avisarle a los chicos recorrí la casa buscando a Pedro, curiosamente no estaba, últimamente o sea pasaba todo el día trabajando o estaba con los amigos jugando a la play station, así que decidí llamarlo. Cuando le pregunté si quería que lo esperara para que saludara a los nenes pensé que me iba a decir que no, pero me sorprendí al ver que dijo lo contrario. Así terminamos la conversación telefónica, como extrañaba ese "te amo" al fin de cada conversación, tenía un nudo en el pecho desde que había salido del colegio de los chicos, tenía que hablarlo con Pedro. Era mañana, ya está, pensé, mañana se soluciona todo.







-Ya estamos-dice Malena corriendo hacia el living.
-¡Qué bien! están divinos, igual vamos a esperar un poquito más que va a venir papi a saludarlos.-dice Paula.
-¿Enserio?-dice Ian contento.
-Si
Los chicos sonrieron.
Se hicieron las ocho, ocho y media, nueve menos cuarto, las nueve, y Paula ya estaba entrando en un ataque de histeria, así que tomó su celular y llamó a Pedro.
-Hola-dice Pedro.
-¡Pedro! ¿Dónde estás?
-Perdón, me vas a matar, pero no voy a poder llegar antes de las diez...-dice Pedro.
-¿A las diez?-dice Paula ya con tono de enojada.
-Bueno Paula ¿que queres que haga?, es trabajo.
-Son tus hijos Pedro.
-Ya sé que son mis hijos, pero no puedo salir ahora.
-Hace lo que creas que es correcto Pedro, yo ya no te voy a decir que hacer, hace lo que quieras, como siempre, al final siempre haces todo a tu manera.
Paula cortó la llamada.

-¿Que pasó mami?-dice Malena.
-Nada mi amor, papi no va a poder venir, así que agarren las cosas que ya nos vamos.-dice Paula.
-¿Por?-dice Ian.
Cuando Paula vio la cara de desilusión que tenía Ian  se le partió el corazón.
-Porque tiene que trabajar amor, pero dice que te ama mucho y que los va a extrañar-dice Paula poniéndose a la altura de Ian.
-Bueno-dice Ian triste.

Los chicos se subieron al auto y partieron para lo de Alejandra, cuando llegaron ella ya estaba en la puerta esperándolos.
-Preciosos, ¿cómo están?-dice Alejandra saludando a los chicos.
Los chicos saludaron y se fueron corriendo a jugar.
-¿Pasó algo hija?- preguntó Alejandra.
-Está todo mal mamá, Pedro ya no es el mismo de antes... no vino a saludar a los chicos..., es siempre lo mismo, trabajo y amigos, ya me cansé.
-Pensá que se van por unos días... además estaba trabajando Paula.
-Ya se má... Igual no es el problema que no haya saludado a los chicos...
-¿Entonces cual es?
-El problema es que ya no sé hasta qué grado le importamos
-Ay hija, la verdad es que no séqué decirte...
-Hoy hablé con la maestra de Malena, lo que me contó me mató, Malena está sufriendo horrores, si te llega a preguntar algo decile que está todo bien, por favor.
-Si mi amor, no te preocupes, vos quedate tranquila, y a pesar de todo tratá de pasar bien, te lo digo porque sé que cada vez que van a Carlos Paz vuelven mejor que nunca, y estoy segura que va a ser así.
-Gracias mami, voy a saludar a los nenes.

Paula se despidió de los chicos y se fue en su auto.
Cuando llegó a la casa todavía no había llegado Pedro, así que pidió una pizza para ella sola.
Al rato Paula se sentó a comer y se abre la puerta... era Pedro.
-¿Era hora no?-dice Paula enojada.
-¿Ya empezas?-dice Pedro
Paula se levanta de la silla.
-¿Que yo empiezo? -dice Paula.
-¿Que queres que haga? yo a vos cuando te ibas todo el día no te decía nada, ¿que es lo que te pasa Paula? ¿pensás que te estoy engañando con otra?
-No se Pedro, ya no sé qué pensar, la verdad que cada vez me dan menos ganas de pensar en vos.
-Bueno hace lo que quieras...
-Si, de eso quedate tranquilo... Ahora vos... podrías llamar a tus hijos, porque bien tristes los dejastes...
-¿Vas a empezar de vuelta?
-No, te lo digo para que te caiga la ficha, pero veo que no hay caso...

Pedro no respondió.

El poder del amor RENOVADA - Capítulo 6 PARTE 2 - Te amaré por siempre


PAULA


La verdad que ya no soportaba más este estado de tristeza constante era obvio que no estaba todo bien con Pedro, ya no éramos aquellos dos enamorados de 25 años, no, ahora era distinto, peleábamos casi todos los días, y lo peor era que peleábamos por tonterías. Las peleas eran en parte lo que menos me importaba, los que me preocupaban eran los nenes, estaban sufriendo. La única que se daba cuenta y a veces intervenía en alguna conversación mía con Pedro era Malena. Era inevitable darme cuenta de lo que estaban pasando ellos tambien.
¿Que era lo que nos pasaba? ¿Ya no sentía lo mismo por Pedro? ¿Él que sentía por mí ahora? Esas preguntas eran las que no me dejaban dormir durante la noche. Hacía 2 días que Pedro estaba durmiendo en el sillón, las cosas estaban realmente mal.




Era un lunes a las doce del mediodía.
-Pedro ¿podes llevar a los chicos al colegio?-dice Paula.
Pedro sin contestar les habló a los nenes.
-Chicos, ¡vamos que llegan tarde! Male no te olvides del cuaderno y vos Ian ponete ya los zapatos.-dice Pedro apurando a los chicos.
-¿Papi hoy nos vas a buscar al jardín?-dice Malena dirigiéndose a Pedro.
-Si, vamos con mamá, ¿les parece?-dice Pedro mirando a Paula.
-Si, ¡genial!-dice Malena sonriendo.
-Pá ¿y después nos compras un helado?- dice Ian
-Si se portan bien en el jardín papá les compra.-dice Paula interrumpiendo la conversación.
-Tiene razón mamá, depende de cómo se porten, ahora vamos que llegamos tarde.-dice Pedro ya abriendo la puerta de entrada.
-Pedro hoy viene Luna de tarde a charlar, ¿vos vas al estudio?-dice Paula.
-Si dejo a los chicos en el jardín y me voy a trabajar.
-Bueno.
Los chicos saludaron a Paula y se fueron para el jardín.

A eso de las 4 de la tarde tocan timbre en la casa de Paula, era Luna.
-Pau, ¿cómo estás? ¡vení pasá!.-dice Paula saludando a Luna.
-Permiso, bien y ¿vos?-dice Luna ya sentándose en el sillón al lado de Paula.
-Acá ando, la verdad que no estoy al 100% pero bueno...-dice Paula.
-Me enteré que las cosas con Pedro no andan nada bien.
-Si, la verdad que estamos en un momento difícil  y se me hace complicadísimo poder disimular la tristeza que tengo adelante de los nenes, te juro que a veces espero que se vayan al jardín para poder llorar.
-Ay amiga, sabes que podes contar conmigo para lo que necesites-dice Luna.
-Si, yo sé que si, gracias.
-¿Pero se van a Carlos Paz pasado mañana no?
-Si, pensé en cancelar el viaje pero creo que nos va a hacer bien estar un tiempo solos.
-Seguro, allá van a poder hablar tranquilos el uno con el otro, traten de mejorar las cosas, por ustedes y por los chicos, porque deben estar sufriendo un montón.
-Si, los que más sufren acá son los nenes, y yo la verdad que lo que menos quiero es que tengan que vivir con padres separados, yo ya pasé por eso y se lo horrible que es, pero la verdad es que yo así no puedo más...-dice Paula triste.
-No entiendo lo que me queres decir Paula... ¿te queres separar de Pedro?-dice Luna mirando a Paula con asombro.
-No Luni, no sé, pasa que estar así también nos hace mal a los dos, estamos sufriendo horrores, voy a ver qué pasa en Carlos Paz y después veremos...
-Yo la verdad que no lo puedo creer... ¿y sabe Pedro de esto?-dice Luna.
-No, hace como 2 días que no hablamos fluido, la única que lo sabe sos vos.
-¿Paula vos lo seguís amando a Pedro?
-Si Luni, yo lo amo, pero no se... estoy confundida.
-Está bien, yo siempre voy a respetar tu decisión pero lo único que te digo es que no te dejes llevar por la angustia, te lo digo por experiencia, es un consejo de amiga.


Así estuvieron hablando un largo rato hasta que Luna se fue. Al ratito llegó Pedro del trabajo.
-¿Vamos a buscar a los chicos?-dice Paula.
-Si vamos.

Se subieron al auto y nadie pronunció ni una palabra hasta llegar hasta la escuela.
-Bajo yo-dice Pedro.


A los 5 minutos aparecieron los chicos con un helado en la mano.
Llegaron a la casa y  Pedro se fue a preparar la cena. Comieron, Ian y Malena se reían por todo y se molestaban entre ellos, mientras que entre Paula y Pedro había un ambiente tenso que ambos notaban.
Después de comer se fueron todos a dormir.
Pedro ya se había acostado en el sillón cuando aparece Malena.
-¿Qué  pasa mi vida?-dice Pedro.
-Papi, tengo miedo-dice Malena sentándose en el sillón.
-¿Por qué?
-Porque siento que mamá está llorando y tengo miedo de que le pase algo feo-dice Malena.
-¿Mamá está llorando?-dice Pedro.


-Si, la siento desde mi cuarto, ¿vos no la escuchaste?-dice Malena.
-No hija, escuchame, andá a tu cuarto y acostate, yo voy a ver qué le pasa a mamá ¿si?-dice Pedro.
-Bueno, ¿y me duermo?
-Si vos dormite tranquila.
-Bueno
Pedro le dio un beso a Malena y ella se fue a su cuarto cerrando la puerta del mismo.
Pedro no sabía si ir a la habitación, pero no dudó más y se levantó del sillón.
Era cierto, apenas cuando Pedro quedó a un metro de la puerta del cuarto pudo notar cómo se sentía a Paula llorar. Él abrió la puerta del cuarto y la vio sentada en la cama llorando desconsoladamente, ella levantó la cabeza, lo vio y  enseguida se paró de la cama y corrió a abrazarlo.
Pedro quedó duro, Paula lo estaba abrazando con una fuerza impresionante, él cerró la puerta con una mano y respondió al abrazo.


Luego de unos segundos Paula se apartó de él quedando a unos centímetros de su cara, puso sus manos en el cuello de Pedro y lo quedó mirando a los ojos.
-¿Sabes que te amo no?-dice Paula aún con algunas lágrimas en sus ojos.
-Si, yo lo sé, yo también, te amo Paula y no quiero que estemos así-dice Pedro.
-Ya se amor, pero es complicado-dice Paula.
Pedro fue acercando a Paula a la cama para que se sentara.
-¿Podemos hablar?-dice Paula.
-Amor tenemos una semana para hablar en Carlos Paz, vamos a estar solos, ¿no te parece mejor hablar del tema allá?-dice Pedro acariciándole la cara  Paula.
-Si tenes razón...
-¿Entonces porque seguís llorando?-dice Pedro.
-Nada, te extraño, mucho-dice Paula.
-Yo también te extraño.-dice Pedro acercándose a Paula.
Ambos se empezaron a besar hasta el punto de quedar acostados en la cama, la cabeza de Paula estaba en el pecho de Pedro y él le acariciaba la cabeza a ella.
-Tengo frio.-dice Paula.
Pedro se estiró un poco para alcanzar el acolchado y se tapó a él y a Paula.
-¿Vamos a dormir?-dice Paula.
-Bueno me voy a sillón...-dice Pedro.
-Vos no te vas a ningún lado, te quedas conmigo acá.-dice Paula abrazándolo con fuerza.
-Quería que me dijeras eso-dice Pedro.
-Te amo.-dice Paula riéndose.
-Te amo más mi vida.-dice Pedro apagando la lámpara de la mesa de luz.
Al otro día Paula se levanta y estaba Malena en el living mirando dibujos en la tele sola.
-Mi vida, ¿te despertaste tan temprano?-dice Paula.
- No tenía sueño.-dice Malena.
-¿Como dormiste?-dice Paula.
-Bien, ayer de noche te escuche llorar...-dice Malena mirando a su madre.
-¿Yo llorando?
-Si y papi fue a tu cuarto para ver qué pasaba.
-Ah, si tenes razón.
-¿Se pelearon con papi?-dice Malena un poco triste.
-No mi vida, con papito estamos muy bien juntos-dice Paula.
-Porque una amiga del jardín me dijo que sus papas se peleaban siempre y después de eso nunca más vio a su papá, yo no quiero que papá se vaya...-dice Malena
-No amor, papá se va a quedar con nosotros siempre, no se va a ir nunca.-dice Paula abrazando a Malena.
-¿Me lo prometes?
-Si, te lo prometo, te amo mucho.-dice Paula.
-Yo también mami.-dice Malena.
-Male¿qué te parece si vas a despertar a tu hermano y asustamos a papá?-dice Paula en voz baja.
-Si, voy a despertar a Ian.
A los dos minutos aparecieron los dos en el living.

Ian se fue a jugar con unos muñecos y Malena se fue a peinar, mientras Paula se acostaba de nuevo al lado de Pedro.


-Mañana nos vamos.-dice Paula emocionada.
-Pensé que se te habían ido las ganas.-dice Pedro evitando su mirada.
-Puede ser, pero volvieron.-dice Paula.
-Ah bueno, mejor.-dice Pedro
-¿Qué te pasa?-dice Paula.
-No me pasa nada.-dice Pedro serio.
-¿Ya estás de mal humor de nuevo?-dice Paula un poco enojada.
-¿Que decís Paula?-dice Pedro.
-No se te puede ni hablar. Mirá la cara que tenes, por lo menos ponete un poquito contento que te vinieron a despertar tus hijos...
-Bueno Paula, la que me parece que está de mal humor sos vos.-dice Pedro.
-Al final no se te puede decir nada...-dice Paula levantándose de la cama y yéndose al living.


-¡Pedro! voy a llevar a los chicos al colegio.-dice Paula
Pedro no contesto.
-Bueno vamos....-dice Paula abriendo la puerta de entrada.
Paula llevó a los chicos al colegio y se fue para la empresa. Al llegar se encuentra con Luna que estaba sentada en su escritorio.
-Paula¿cómo andas?-dice Luna
-Bien, recién llevé a los chicos al colegio ¿vos?
-Bien, hoy por suerte no viene el jefe así que vamos a estar más libres.
-Buenísimo, porque la verdad que no tengo ganas de nada.-dice Paula.
-¿Qué pasa? ¿Sigue todo mal con Pedro?-dice Luna acercando su silla al escritorio de Paula.
-No se Luni, ayer nos reconciliamos, estaba todo bárbaro y hoy de mañana empezó con su mal humor de vuelta, la verdad que ya no sé lo que voy a hacer...
-Decime que vas a ir mañana...
-No sé...
-Anda
Paula no contesta.
-Es la oportunidad para arreglar todo, allá no van a estar pendientes de los nenes, si tienen que gritar pueden gritar sin tener que preocuparse, arreglen sus problemas allá, estoy segura que van a terminar bien.
-Es lo que espero.
-Bueno amiga me voy a terminar unos diseños que tengo que mandar a una tienda del shopping para ver si les gusta.
-Buenísimo, ojalá lo acepten.
-¿Cómo andan esos llamados para publicidad?-dice Luna
-A mí no me llaman más, me llaman por Malena, pero no quiero que empieza desde tan chiquita a estar en la tele, me parece un poco exagerado.
-Pero Pau la nena es divina, preguntale si le gusta, se le van a abrir un montón de puertas, además si sigue así va a ser como la madre.-dice Luna riendo.
-Tengo que analizar bien todo... es decir...Tengo que hablarlo con Pedro.
-¿Eso es lo complicado no?
-Últimamente todo lo que tiene que ver con Pedro es complicado.-dice Paula fijando su vista en el monitor de la computadora.

Luego de terminar su horario de trabajo Paula fue a buscar a los chicos al colegio.
Cuando llegó salió la maestra de Malena y llamó a Paula.
-Hola Paulita ¿como estas?-dice la maestra.
-Hola Dorita, ¿muy bien y usted?-dice Paula.
-Bien, la verdad que agotada.-dice Dorita.
-Si, me imagino.
-Pau te llamé porque quiero hablar contigo, sobre un tema importante, ¿tenes un ratito?
-Si, ¿pero los chicos donde están?
-No te preocupes les dije que jugaran un ratito más en el patio.
-Ah bueno.
-Vení vamos a la sala de maestros que vamos a estar más tranquilas.

Paula siguió a la maestra hasta la sala.
-Vení sentate.-dice Dorita
-Permiso.-dice Paula.
-Bueno Paula, la verdad que es un tema del que me cuesta hablar, digo porque no es de mi incumbencia  pero lamentablemente es sobre Malena, y ella está en mi clase así que tengo que preocuparme.
-¿Que pasa Dorita? no me asuste...
-No, quedate tranquila que no es para asustarse...
Paula dejó salir un suspiro.
-Mirá... la verdad que últimamente a Malena la siento rara, está triste, no tiene ganas de hacer nada, en el recreo se queda sola en la clase mirando libritos, y la verdad es que me preocupa... no solo por eso, porque sé que el tema está en la casa, lo único que me ha dicho es " mis papas se pelean", y la verdad que cuando me dijo eso se me partió el corazón.

Paula dejó caer unas lágrimas que tenía guardadas desde la mañana.

-Paula sabes que aunque no tengamos una gran amistad podes contar conmigo, tengo unos cuantos años más que vos y se de este tema, he tenido muchos niños en estas circunstancias,  no digo que yo fuera una mediadora de parejas pero quiero que sepas que podes contar conmigo.
-No te das una idea de lo que me duele verla así, y sé que la culpa está en nosotros, en Pedro y en mi, te voy a decir la verdad... últimamente con Pedro las cosas están realmente mal, nos peleamos por cualquier cosa, yo no sé qué hacer ya... a mí me duele muchísimo discutir, pero lo que más me duele es ver a los chicos mal, Ian no se da mucha cuenta, pero Malena si, y más con lo que me acabas de decir... la verdad que no lo puedo creer.
-Pau yo lo que creo que tenes que hacer es hablar con Pedro, hablar de  esto que le está pasando a Malena, pero no solo por los chicos por ustedes también, yo sé que vos lo seguís amando... sino no llorarías...
-Mañana nos vamos a Carlos Paz con Pedro y dejamos a los chicos con mi mamá... espero que esto ayude.
-Quedate tranquila que estoy segura que estar un tiempo solos les va a hacer bien.
-Gracias Dorita.
-No Pau, estoy para lo que necesites.
-Gracias en serio.

Paula se arregló un poco el maquillaje, se secó las lágrimas y salió al patio a buscar a los chicos.
-¡Má! -dice Malena abrazándola.
-Hola mi chiquita, ¿cómo estás?-dice Paula.
-Bien, ¿de que hablaron con la maestra?
-De lo bien que te portas.
Malena se rió.
-Bueno chicos vamos al auto que tenemos que ir a lo de la abuela.
-¿Hoy?-dice Ian
-Si ¿no se acuerdan que mañana papá y mamá se van de viaje y se tienen que quedar con la abuelita?
-Ah sí...-dicen los nenes.

Los chicos se suben al auto y se van para la casa.