IMPORTANTE: Esto es una historia ficticia, cualquier relación o semejanza con la realidad de Pedro y Paula es pura coincidencia.
Aclaro esto por acontecimientos sucedidos anteriormente.
GRACIAS, silvina.

martes, 13 de octubre de 2015

El poder del amor RENOVADA - Capítulo 20- Situación incomoda

PAULA

17 de diciembre, ¿que puedo decirles? ya estaba preparada, psicológicamente y físicamente. Las dos semanas anteriores creo que fueron las más difíciles de mi vida, no por mí, ni por Pedro, sino por los chicos, las noches más largas y tristes.A veces esperaba a que los nenes se durmieran para encerrarme en el cuarto a llorar, tenía un agotamiento corporal impresionante, necesitaba descansar por lo menos una semana. Pero al fin y al cabo hoy era el día, a las cinco de la tarde teníamos que estar los dos en el juzgado para firmar "esos" papeles. 
Ya habíamos quedado con Pedro que los lunes y miércoles pasaba a buscar a los chicos por el colegio y se los llevaba con él a la casa hasta el otro día, el resto de la semana se quedaban conmigo. Estábamos haciendo todo lo posible para no vernos seguido, era difícil para los dos, pero también era entendible que nos quisiéramos ver lo menos posible. Eran las 12 del mediodía, yo estaba en el auto con los chicos, llevándolos al colegio, luego debía ir al trabajo hasta las cuatro, después ir a buscar a los chicos al colegio, llevarlos a la casa de mi mamá y luego ir al juzgado, sin duda un día agotador. 


PEDRO

Estaba tirado en mi cama, mirando el techo, la verdad que desde que había peleado con Paula mi vida era un desastre. Con respecto a mi nuevo hogar estaba bastante bien, la había arreglado y ahora se podía decir que era una "casa". Mi familia obviamente estaba en desacuerdo conmigo, con lo de la separación, al igual que la de Paula, creían que estábamos haciendo mal, más que nada por los chicos, pero claro, nadie piensa en nosotros, en cómo estamos con esta decisión. Entiendo que los hijos son súper importantes en estos momentos, y que seguramente son los que más sufren, pero... ¿nosotros? nosotros también sufrimos, claro, no de la misma manera, pero es muy difícil para ambos.
Hacía aproximadamente una semana que no veía a mis hijos, ni a Paula, los extrañaba realmente, a no ver a Paula ya me tendría que ir acostumbrando, pero no ver a mis hijos dolía y dolía en serio. 


PAULA

Listo, ya había llegado al trabajo, Luna no venía y hoy más que nunca la necesitaba acá conmigo.Necesitaba un apoyo, y ahora ella era la única que me apoyaba.Mi familia estaba en desacuerdo con la separación, pero bueno, no me quedaba otra que ignorarlos, duele si, ignorar a tu familia en estos momentos era lo más absurdo que podía hacer, pero bueno, yo ya tenía mi decisión, allá ellos.
Con respecto al tema "Martín" no había hablado con él aún, pensaba hacerlo después de todo este caos.Necesitaba estar tranquila, aunque con él al lado era casi imposible. En fin, tomé mi computadora y me puse a hacer unos diseños, todo me quedaba horrible, ¿inspiración? cero. 

Pasó el rato, se hicieron las cinco y media, al fin, pensé, por un lado quería salir corriendo del trabajo, pero por otro lado se acercaban las cinco de la tarde,
Fui a buscar a los chicos al colegio y los dejé con mi madre, con la que ahora no cruzaba tantas palabras. Me fui para casa, le di de comer a Moro, me acosté un rato, para descansar, me bañe, me cambié, hice una merienda rápida y me fui para el juzgado. 
Ya en el auto tenía el corazón que no daba más, no por nervios, sino por no saber si estaba haciendo lo correcto, tenía miedo, más que nada.






PEDRO


Esta situación ya me superaba, estaba cansado.Realmente sentía que al firmar esos papeles ya no abría vuelta atrás. Estaba tomando una decisión que todavía ni sabía si era lo correcto.Ya en el auto, mis manos sudaban como nunca, señal de que estaba nervioso. Llegué, hoy más que nunca, llegar temprano era malo, sonaba como que quería hacer todo rápido, si, por un lado  quería que fuera todo rápido, no quería sufrir tanto, aunque era imposible no hacerlo. Bajé del auto, mi visión no era muy buena, llovía, había una gran tormenta, abrí el paraguas y entré al juzgado. No había nadie, solo una mujer que lloraba, me alivié al saber que no era Paula, me senté en un sillón que había en la sala de espera, sabía que lo más difícil no iba a ser firmar los papeles, sino verle la cara a ella, sabía que eso me iba a matar. La mujer me miraba y sinceramente me incomodaba, lloraba, mucho, obvio que no me iba a meter en sus problemas, además me daba vergüenza preguntar, estaba sola. Al instante un hombre salió de una oficina, agarró a la mujer del brazo y le dijo que se tranquilizara de forma agresiva, enseguida me vino a la cabeza cual podría llegar a ser su situación y la verdad que me alegraba saber que con Paula era todo distinto, por suerte.


Bajé la cabeza, no me iba a meter en la discusión de esa pareja, no obvio que no, traté de controlarme, pero a la vez tenía ganas de darle su merecido a ese hombre, la chica no se merecía eso, era hermosa, sinceramente, y en sus ojos se notaba que estaba sufriendo. Se fueron, por suerte, me incomodaba la situación, y mucho. Giré mi cabeza, la vi llegar, me vio y me sonrió, ¿que podíamos hacer? nada. Paula se me sentó al lado, y me miró, con sus ojos me decía todo, todavía no habíamos pronunciado ni una palabra.

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