IMPORTANTE: Esto es una historia ficticia, cualquier relación o semejanza con la realidad de Pedro y Paula es pura coincidencia.
Aclaro esto por acontecimientos sucedidos anteriormente.
GRACIAS, silvina.

domingo, 16 de agosto de 2015

El poder del amor RENOVADA - Capítulo 9 - En este mundo

-Yo se que  vos sentís muchas cosas, yo siento lo mismo amor, pero tenemos que ponernos de acuerdo.-le dije acariciándole el pelo.
-¿Paula vos te queres separar de mi?-me dijo.
No entendía, ¿me estaba preguntando si yo quería separarme o si yo lo dejaba separarse de mí? Tantas cosas en mi cabeza se sumaron a ese nudo en el pecho que ya no aguantó más y dejó caer unas lágrimas sobre mi rostro. Esas ganas de abrazarlo superaron mi control y enseguida lo abrace, llorando, tanto, lloraba con todas mis fuerzas, no quería separarme de él por nada del mundo, parecía una niña de 5 años llorando porque le sacaban su muñeca.
-No, amor, yo no me quiero separar de vos, sos lo más importante que tengo, no me hagas esto...-le dije.
-Paula, te hice una pregunta nada más...-me dijo tomando mi cara con sus manos y dejándola a unos centímetros de sus ojos.
-No me gustan esas preguntas Pedro, yo te amo, te sigo amando igual que antes, ¿no entendes eso? que yo me enoje con vos no significa que no te ame. Yo estoy segura de lo que siento, no sé lo que sentís vos...-le dije.
-Siento lo mismo, te amo más que a nada en este mundo.
Dejé salir una sonrisa entre tantas lágrimas, como me aliviaba escuchar eso de su boca, empecé a besarlo, como solíamos hacerlo antes. Él respondía a mis besos, sentía como nos conectábamos el uno con el otro.Hacía como 3 años que no sentía esa sensación, empezó a besar mi cuello, mi punto débil. La tormenta golpeaba con fuerza afuera, la lluvia era lo único que sentía además de nuestra respiración, un rayo cayó cerca provocando un apagón que causo que nos dejáramos de besar por 5 segundos. Ambos reímos y seguimos en lo nuestro, ahora lo único que veía era su cara, nada más. Se pasaban por mi cabeza todos aquellos momentos que habíamos vivido juntos, sentía como todos se conectaban en este momento, sus besos, sus caricias, todo era perfecto, en el momento perfecto. Empezó a sacarme la remera que llevaba puesta, eran las 8 de la mañana y nosotros ahí en el sillón besándonos.
Me preguntaba que estaba pasando por la cabeza de Pedro en ese mismo momento, seguramente lo mismo que pensaba yo. Sentía que cada momento lo amaba más, esto era lo que extrañaba, extrañaba estar conectada con él, extrañaba no sentir lo que él sentía, ahora estaba completa. La ropa ya formaba parte de la decoración de la casa, estaban solo nuestros cuerpos, nada más.
Luego de un rato me desperté, miré a mi alrededor, tenía miedo de que hubiese sido todo un sueño, pero ese miedo desapareció cuando vi que mi cabeza estaba apoyada en el pecho de Pedro. Me sentía plena, estaba contenta, una felicidad que me hacia sonreír cada vez que lo miraba. Vi como abrió los ojos, yo mirándolo le sonreí.
-A vos también te extrañaba.-le dije y lo bese con mucha ternura.
Eran las doce del mediodía cuando el teléfono sonó.
Me levanté me puse una remera de Pedro que estaba tirada en el piso y fui a atender.
-¿Hola?
-Hola Pau, ¿cómo están?-dice Alejandra.
-Ah, hola mamá, bien, ya hace un rato que llegamos...-le dije.
-¿Todo bien entonces?
-Si má…
-Bueno, me alegro... ¿queres hablar con los chicos? ya se van al colegio.
-Si pasame con ellos.
-Hola mami.-dice Malena.
-Hola mi vida, ¿como estas?
-Bien, ahora la abuela nos lleva al colegio
-Que bien, portense bien.
-Si, te extraño, ¿cuando volves?
-Dentro de unos días amor, pasame con Ian así hablo un ratito con él también.
-Bueno, chau.
-Chau mi vida, te amo.
-Hola ma.-dice Ian.
-Hola corazón, ¿en que andas vos?
-Nada, estaba mirando dibujitos
-Bueno, portate bien en el colegio, papi les manda muchos besos.
-Bueno, te quiero mucho.-dice Ian,
-Yo también amor
-Chau.
-Hola Pau, están divinos los nenes, se portan regio, a ver si me das un nietito más.
-¿Pero vos estás loca? dos y ya está.
-Bueno... eso se verá...
-Chau mamá.-le dije riéndome.
-Chau hija.
Fin de la llamada telefónica.

¿Un nieto más? mi madre está loca, no puedo con dos y quiere tres. De solo pensarlo me hacía reír sola.
-¿Que paso amor?-dice Pedro aún desde el sillón.
-Los chicos... y mi madre que quiere un nieto más.
-Y bueno...
-¿Y bueno que Pedro?-le dije riéndome.
Pedro se rió.
Mientras Pedro cocinaba aproveché y arreglé un poco la casa, la verdad que hacía como 2 años que no veníamos y la casa estaba bastante desarreglada.
Al rato tocan timbre. Salí y no había nadie, bajé la vista y había una carta en el suelo. La tomé y vi que decía "Para Paula".
Cuando leí la carta quedé sorprendida, primero porque vi de quien era la carta y segundo porque vi de donde venía. Pedro me miró sin entender mi cara y se acercó, otro más que quedo sorprendido.




La carta que estaba delante de mis ojos me causaba un gran alivio pero a la vez una gran preocupación.
¿Como sabía que estábamos en Carlos Paz? ¿Seguía con su estúpida idea de arruinarnos la vida?
Si, era una carta de Martín y provenía de la cárcel.
-No puedo creer...-dice Pedro.
-Pedro, ¿cómo sabe que estamos acá?-le dije.
-¿Queres que llame para ver si es verdad que está en la cárcel?-dice Pedro.
-Si, llamá.
Pedro tomó el teléfono mientras yo leía la carta por décima vez, hacía casi dos años que no teníamos noticias de él, y la verdad que tampoco la esperábamos.
Pedro cuelga el teléfono y me mira.
-Y…¿Que te dijeron?-dije ansiosa.
-Hace 1 año y medio que está preso... pero dice que lo largan en dos meses.-dice Pedro
-Veo que no le cayó la ficha todavía, no lo puedo creer, ¿dos meses nada más?
-Si amor, pero de seguro ya no nos va a molestar más...
-¿Que decís Pedro? si se hubiera olvidado de nosotros no nos hubiera mandado una carta, además¿como sabe que estamos acá? ¿Y si envió a alguien?-le dije.
-Pau, no te pongas paranoica, olvidate de la carta, ¿podemos pasar tranquilos? es lo único que te pido.-dice Pedro
Tenía razón, yo ya me estaba poniendo histérica, tenía que tranquilizarme.
-Si tenes razón, perdoname.-le dije y lo bese.
Pedro terminó de preparar el almuerzo, nos sentamos en la mesa y comimos.
-Hacía tiempo que no cocinabas así.-le dije riendo.
-Bueno... no hablemos de cocinar porque te gano.
Después de comer nos acostamos a dormir la siesta, afuera seguía lloviendo y no podíamos hacer nada. Ya acostados en la cama:
-¿Estás cansada?-me pregunta Pedro.
-Un poco, ¡vos me agotas!-le dije irónicamente.
-¿Ah sí? mirá vos...
-Estaría bueno que después llames a los chicos...
-Si Pau, los llamo, pero todavía no llegaron del colegio.
-Ya se amor, te digo después.
-Bueno, tranquila.
-Te aviso que estoy tomando en cuenta de nuevo lo de venir a vivir acá...-le dije.
-¿Y el trabajo?
-No importa...
-¿Como que no?-dice Pedro riéndose.
-No, te imaginas a los nenes acá jugando, en la pileta, moro tendría pila de espacio para correr y nosotros también tendríamos mucho espacio para estar solos.
-Tendría que analizarlo bien...
Después de conversar un rato nos quedamos dormidos los dos. Luego de tres horas me desperté, Pedro seguía durmiendo, pensé que lo mejor era venir a despertarlo con la merienda pronta. Fui hasta la cocina pero antes me acerqué a la ventana para ver cómo estaba la tarde. Quede paralizada al ver un hombre mirándome, a unos cinco o seis metros de la ventana, me quede observándolo por unos 5 segundos, quería ver si podía reconocer el rostro, pero no, era desconocido. Cerré la cortina con un poco de miedo y fui a la cocina a preparar la merienda. Hice cuatro tostadas, dos café con leche y llevé una mermelada de frutilla, todo lo puse en una bandeja y lo lleve al cuarto.
-Amor despertate, son las 6 de la tarde...
-Mm que tarde.-dice Pedro.
-Te traje la merienda...
-¡Que rico!
Comimos los dos entre mimos y besos. Esto también lo extrañaba. Estaba tan feliz, sentía un alivio en mi corazón, todavía tenía esa necesidad de gritarle "Te amo" porque era lo que sentía, pero lo sentía de una manera intensa, diferente, por un lado quería volver a ese kiosco de hacía 6 años atrás cuando lo conocí, pero por otro lado todos esos momentos formaban parte de mi presente, donde yo estaba, a su lado, lo miraba cada un minuto y él hacía lo mismo conmigo. Parecía ese previo histeriqueo de una pareja que se está conociendo  y si, nos estábamos conociendo, éramos los dos diferentes, habíamos cambiado, nuestro entorno había cambiado mucho, tal vez era eso lo que nos hacía parecer diferentes.
Lo miré mientras tomaba mi café con leche, me miró, nuestras miradas se conectaron estuvimos casi 10 segundos mirándonos, sin decir nada, sus ojos me transmitían paz.
-Te amo.-le dije.

No hay comentarios:

Publicar un comentario