IMPORTANTE: Esto es una historia ficticia, cualquier relación o semejanza con la realidad de Pedro y Paula es pura coincidencia.
Aclaro esto por acontecimientos sucedidos anteriormente.
GRACIAS, silvina.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

El poder del amor RENOVADA - Capítulo 17 - Somos dos

Tomé la carta, un poco apurada e intrigada. Ya me parecía conocida, enseguida sentí como se aceleraba mi corazón, no sabía si abrir la carta era la mejor decisión en este momento.Yo sabía de quien era, y otra vez...¿cómo sabía donde trabajaba? Me dejé de tonterías y la abrí.
"Paula, tanto tiempo, no quiero que te asustes, estuve dos años pensando, en vos, en nuestros años de amistad, lo arruiné todo. Siempre me gustaste, quiero que lo sepas, aunque creo que ya lo tenes claro, siempre fuiste mi amor platónico, por llamarlo así. Siento que las cosas entre nosotros pueden cambiar, que podemos volver a esa vieja amistad, pero esta vez sin violencia, siento mucho lo que hice, no estaba consciente.Cambié, para bien, hace 4 días que salí de la cárcel, un lugar espantoso que me ayudó a recapacitar, espero que me sepas entender, te voy a dejar mi número de teléfono. Quiero que hablemos, como amigos, nada más... quedate tranquila, ya te superé, tengo novia. Mi teléfono es 4589-8734, espero tu llamada." 

Martín


Ya había salido de la cárcel, ¿Tenía que entrar en pánico? ¿Que hacía?, ¿lo llamaba? ¡No Paula! Todo lo que te hizo ¿y vos te vas a poner a hablar con ese loco? Traté de ordenar mis pensamientos, que ya eran bastantes en este momento de mi vida.Por un momento me preocupé,  pero su carta me parecía sincera, una charla de conocidos, porque no éramos amigos ni nada, no le iba a hacer mal a nadie ¿no? Pero todavía no lo quería llamar, antes quería hablar con Pedro, era lo primordial en este momento, creo. Me quede tranquila al saber que estaba de novia con alguien, espero que sea verdad, pensé.

Estuve todo el día trabajando, recibimos varias felicitaciones por el desfile, habíamos logrado mucho y por suerte todo había salido de diez, estaba contenta, en ese sentido.
Al fin se hicieron las cuatro y media, ¿al fin?, por un lado quería salir del trabajo, pero pensaba en la charla que nos esperaba con Pedro, esta vez el que tenía que hablar era él, pensé, siempre son las mujeres las que empiezan la charla, por una vez podría empezar él. Recibí un mensaje que decía "Estoy abajo" obvio era de Pedro. Los nervios me recorrían todo el cuerpo, ¿qué hago cuando me suba al auto? ¿Lo beso o le doy un beso en la mejilla? no Paula, vos estas enojada, no podes regalarte así nomas, tenes que estar indignada. ¿Estaba arrepentida? Podía ignorarlo pero no podía dejar de lado las ganas de besarlo y abrazarlo, lo extrañaba, pero no podía, tenía que controlarme.
Le respondí: "ok, ya bajo"

Bajé, me hice la seria, me subí al auto y pronuncié un "Hola", por suerte él ni se movió para darme un beso,así que no tuve que hacer nada.
-Hola.-me respondió.
-¿A dónde vamos a ir?-le dije.
-¿Estás apurada?-me dijo con cara de "si estás apurada te podes ir"
Lo miré seria, con cara de “¿ya empezas?”
Listo, me estaba imaginando muchas cosas, miré hacia adelante, no quería mirarlo a los ojos, se el poder que tiene, te conquista y te derrite con solo una mirada, eso lo tenía claro.
-¿Te parece ir al parque ese que está cerca de casa?-me dijo.
-Bueno.


PEDRO


Sabía que su plan era ignorarme, le salía tan mal.Por un lado sabía que seguía enojada, pero por el otro la veía evitando mi mirada y me daba gracia. Cada tanto la miraba, ella estaba apoyada sobre su mano mirando por la ventana, tenía ganas de parar el auto y besarla, pero no, no podía.

Llegamos al parque, por suerte estaba bastante tranquilo, no había nadie, estaba un poco fresco pero nada fuera de lo normal. No sentamos en el pasto, digamos que no teníamos la mejor ropa como para estar sentados ahí, pero bueno.
Por primera vez en el día me miró y me habló.
-Te escucho.-me dijo.
En ese momento me quedé mudo.Sinceramente no sabía por dónde empezar, no tenía las palabras justas, ni las adecuadas para empezar la conversación, así que empecé por disculparme.
-Quiero que me perdones...-le dije.
-Sabes que no te voy a perdonar, así, tan fácil...
-¿Y que tengo que hacer para que me perdones?
-Nada Pedro, creo que esto ya no va más...
Sabía a qué se refería y yo también pensaba lo mismo.Bajé la cabeza y ella hizo lo mismo, creo que la tristeza nos inundaba el corazón a ambos.
-Sabes que yo no quería que las cosas terminaran así-le dije.
-Si, ya se, ninguno quería esto... pero ya está, creo que no funcionamos más juntos.Me duele decir esto, pero es la verdad, discutimos siempre, yo... yo creo que va a ser lo mejor para los dos, y para los chicos...-me dijo, notaba como caían lágrimas de sus ojos, me rompió el corazón.
-¿Sabes que te sigo amando no?-le dije, yo también con lágrimas en los ojos.
Ella bajó su cabeza y simulaba un “no” con la cabeza, tratando de no escucharme.
Acaricié su cara, ella me tomó la mano y se la puso junto a su rostro, como sintiendo mi energía.
-Perdoname.-me dijo aún llorando.
-¿Por qué? acá el que tiene la culpa soy yo...
-No, vos no.Los dos tenemos la culpa, somos dos... perdoname por no poder hacer que funcione.
La abracé, sentía que ese podía llegar a ser nuestra última conexión, necesitaba abrazarla y ella por suerte no me apartó.

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