IMPORTANTE: Esto es una historia ficticia, cualquier relación o semejanza con la realidad de Pedro y Paula es pura coincidencia.
Aclaro esto por acontecimientos sucedidos anteriormente.
GRACIAS, silvina.

martes, 27 de noviembre de 2012

"El poder del amor" Capítulo 134 - Un libro guardado en el presente

Me fui de consultorio, triste pero el enojo superaba mi tristeza, la verdad que no podía entenderlo, me había defraudado, pero esta vez, enserio.
Me subí al auto y me fui para casa, al llegar miré mi celular, 5 llamadas perdidas de él. Como si le fuera a contestar... Me acosté en la cama a descansar un poco, cuando sentí que la puerta se abría. Pedro, pensé.
-Paula !.-sentía a Pedro recorrer la casa gritando mi nombre, hasta que llegó a el cuarto.
-Pau...-me dijo con su voz de inocente sentándose en la cama y acariciándome la pierna.
-Que carajo queres Pedro?.-le dije casi gritando.
-Bueno tranquilízate!
-Que me tranquilice? vos estás loco nene? me dejas tirada en un momento tan importante para mi y me decis que me tranquilice?
-Paula, no fue mi culpa..
-Ah no? y de quien? mía seguro que no? dejate de joder Pedro, me tenes cansada, pensé que habías cambiado un poco, que la relación había cambiado, pero veo que me equivoque, seguís siendo el mismo chiquilin de siempre.
Me paré de la cama y me fui al living, por suerte los niños estaban en el colegio, pensé.
-Te podes tranquilizar? podemos hablar?-me dijo sentándose en el sillón.
-Yo no tengo nada que hablar contigo! -le dije gritando.
-Bueno, por lo menos me podés decir como está el bebe?
-Que bebe Pedro? no hay bebe! no estoy embarazada!.-le dije aún gritando, pero con un nudo en el pecho.
Pedro no contestó, tampoco esperaba una respuesta de su parte, así que me fui al cuarto nuevamente y cerré la puerta.
Se hicieron las 7 de la tarde, escuche como llegaban los chicos del colegio, así que no tuve otra que salir de la habitación, les preparé la merienda y les prendí la tele para que miraran dibujitos.
Pasaron dos horas, directamente no le dirigí la palabra a Pedro, y el tampoco se tomo el trabajo de hacerlo.
Me quedé un rato en la computadora terminando unos trabajos que le tenía que mandarle a Zaira, cuando los terminé preparé unas hamburguesas para comer, nos sentamos en la mesa y otra vez esas miradas tensas entre él y yo, se puede decir de que ya me había acostumbrado pero los nenes todavía no. Igual ellos estaban muy divertidos jugando con Moro.
Pedro acostó a los chicos mientras yo estaba en el sillón leyendo una revista, un rato después vino y se sentó en la otra punta del sillón, cuando veía que yo no lo estaba mirando me miraba, y yo hacia lo mismo con él, dejé la revista sobre la mesa y me levanté.
-Me voy a dormir...-le dije.
Las primeras palabras que le dije después de la discusión  Todavía tenía la esperanza de que viniera por detrás y me pidiera perdón y luego vinieran los abrazos, los besos... pero no, hasta que me acosté nada de eso pasó.
Tomé un libro que tenía guardado en la mesa de luz "El poder del Amor" se acuerdan? si, aquel libro que me había acompañado en mis momentos de soledad y en las primeras semanas que pasé con Pedro. Abrí el libro y enseguida cayó aquel papel que decía " Te quiero" escrito por Pedro, deje salir una sonrisa tierna. Estaba dispuesta a empezar a leer el libro de nuevo hasta que apareció Pedro con su cara de galán parado al lado de la puerta. Me quedó mirando.
-Puedo?.-me dijo señalando la cama.
Simulé un si con la cabeza, cerré el libro y apagué la luz, Pedro se acostó mirando mi espalda, yo en cambio miraba la pared.
Sentí como él tocaba mi espalda, y luego mi cuello, traté de resistir pero no pude. Me di vuelta quedando a unos centímetros de su boca. Cuando me di cuenta de esto me aparté un poco.
-Que queres Pedro?.-le dije
-Quiero que me perdones.-me dijo tiernamente.
-No puedo Pedro..
-Te juro que hice todo lo posible para llegar, había muchísimo tráfico y cuando llegué a la clínica no había nadie y la doctora me quedó mirando con una cara, también.. parecía un tarado con un ramo de rosas.
Sonreí
-Me habías llevado un ramo de rosas?.-le dije sonriendo.
-Si, las tengo en el auto...
Le acaricié la cara y sonreí.
-De verdad querías ese hijo?-me preguntó.
-Si, creo que iba a ser perfecto... digo para unirnos más.
Pedro me quedó mirando y me besó, yo me quedé con los ojos cerrados, lo besé de nuevo y así sucesivamente, hasta que quedé arriba de él.
-Me vas a perdonar?-me dijo.
Le respondí con un beso.
-Si queres podemos intentarlo de nuevo...-me dijo con una sonrisa.
Simule un si con la cabeza..
-Si, pero ahora no gordi, estoy cansada y están los nenes.
-Perdoname, te amo.
Lo bese, con mucha pasión.

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